Consideraciones sobre las necesidades del consumo de vitaminas

Según la carencia de vitaminas o el exceso de ellas se manifiesta una de estas situaciones en los organismos:

Avitaminosis.- Si hay falta total de una o varias vitaminas,
Hipovitaminosis.- Si hay falta de una parte de las vitaminas,
Hipervitaminosis.- Si existe un exceso por acumulación de una o varias vitaminas, sobre todo las que son poco solubles en agua y, por tanto, difíciles de eliminar por la orina.

Si en nuestra dieta no faltan alimentos integrales, productos frescos o crudos, preferiblemente de cultivo biológico, es realmente difícil que lleguemos a padecer un estado carencial de alguna vitamina.

En algunas circunstancias especiales y etapas de la vida, las necesidades de algunas vitaminas aumentan. Por ejemplo:

  • En dietas para adelgazar: Controlar el aporte de vitamina B2 y ácido fólico.
    Durante el embarazo: Aumentan las necesidades de vitaminas B1, B2, B6 y ácido fólico.
  • En la lactancia: Prestar especial atención a un aporte suficiente de vitamina A, B6, D, C y ácido fólico.
  • Los bebés y lactantes: Cuidar que la madre no sufra ninguna carencia vitamínica. Si se vive en una zona poco soleada el bebé debe tener un aporte suficiente de vitamina D.
  • Niños: Es importante que no falten las vitaminas A, C, D, B1, B2 y ácido fólico.
  • Vejez: La mayor parte de los ancianos siguen dietas monótonas y de escasa riqueza vitamínica. Puede ser conveniente un aporte suplementario de vitaminas A, B1, C, ácido fólico y D (si además salen poco y no les da mucho el sol).

Algunos factores que neutralizan o destruyen ciertas vitaminas:

Las bebidas alcohólicas: Puesto que el alcohol aporta calorías sin apenas contenido vitamínico disminuye el apetito y se producen carencias, especialmente de vitaminas B1, B2, B3, B6 y ácido fólico.
El tabaco: Puesto que la vitamina C interviene en los procesos de desintoxicación reaccionando con los tóxicos del tabaco, se recomienda un aporte superior al recomendado (a veces incluso el doble o el triple).
Drogas: Puesto que son tóxicos para el organismo se deberá incrementar el aporte de vitamina C. Debido a que en muchos casos también disminuye el apetito, deberemos aportar suplementos de vitaminas del grupo B (que además actúan como protectores hepáticos) y ácido fólico.
Situaciones estresantes: Bajo tensión emocional o psíquica, las glándulas suprarrenales segregan una mayor cantidad de adrenalina, que consume una gran cantidad de vitamina C. También se necesitan mayores cantidades de vitamina E y de las del grupo B. (ver Estrés oxidativo)
Azúcar o alimentos azucarados: El azúcar blanca no aporta ninguna vitamina a nuestro organismo. Por el contrario, requiere de un aporte de vitaminas y minerales de nuestras propias reservas para metabolizarse (sobre todo B1).
Medicamentos: Los estrógenos (anticonceptivos femeninos) repercuten negativamente en la disponibilidad de la mayoría de las vitaminas. Los antibióticos y los laxantes destruyen la flora intestinal, por lo que se puede sufrir déficit de vitaminas K, H o B12.

FIN

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